Hace meses una perra deambula por la zona de la Gruta en un grave estado de salud, con un tumor que colgaba de su zona abdominal. Pese a tener dueño, varios vecinos y usuarios se mostraban indignados por la situación del animal, pero nadie hacía nada por ella. Esta semana, un grupo de vecinos tomó cartas en el asunto y la perra será operada: ahora, buscan la solidaridad para costear su tratamiento.
Hace meses, Redacción Alta Gracia cronicaba la situación de un animal que deambulaba por la calle Bútori en graves condiciones de salud. El perro – que resultó ser perra – posee un enorme tumor en la zona abdominal. Sin embargo, era «invisible» para el que transitaba la zona de la Gruta.
Muchos cuestionaban la inacción de Fundación ADMA. No obstante, nadie hacía nada por ella.
Luego de la viralización de las imágenes, a principios de enero, la perra fue encerrada nuevamente en la casa de sus dueños. Luego, reapareció más delgada y en un estado crítico de salud. Pero esta vez, un grupo de vecinos decidieron dejar de lado la zona de confort y hacer algo por ella: primero, publicaron sus imágenes en las redes, donde una veterinaria se contactó con ellos ofreciéndoles la operación para extirpar su tumor.
«Su calidad de vida era horrible, caminaba y lloraba», relata Claudia, la vecina que viralizó su caso y la llevó a la veterinaria, en diálogo con Redacción Alta Gracia. La mujer también le daba de comer, puesto que posee un negocio de alimento para mascotas en la zona.
A «Milagros», como fue bautizada, se la operará a la brevedad, luego de realizarle los estudios pre quirúrgicos pertinentes. No obstante, se están recibiendo donaciones para costear los gastos veterinarios.
Quien quiera colaborar, puede hacer una transferencia al alias nachoveterinario.cba y enviar el comprobante al 3547577748. Es importante aclarar que el aporte se realiza a nombre de la perra Milagros, puesto que tienen varios animales en tratamiento en condiciones similares.
Luego de meses de agonía, finalmente, la perra que deambulaba con un enorme tumor en la Bútori dejó de ser invisible.