La última lluvia fue el 1° de mayo. En esos cinco meses el promedio histórico suma 75 milímetros. Pero en 2024 fue cero. Qué se espera para los próximos días.
La sequía se prolonga en Córdoba. Los efectos no sólo se ven respecto de los recursos hídricos sino en el impacto en la actividad agropecuaria y, claramente, en la sucesión de incendios forestales y rurales que desde fines de julio sacuden a la provincia,
Salvo algunas gotas que cayeron hace una semana pero solo en algunos puntos del mapa cordobés, y que resultaron insignificantes en la práctica aun donde ocurrió, en la provincia no llueve desde hace largos cinco meses.
Marcelo García, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet), docente en la UNC y especialista en Recursos Hídricos, precisó que el último registro de lluvias de este año se reportó el 1° de mayo con una leve precipitación de 10 milímetros en la zona serrana, el área clave en el mapa donde nacen los principales cursos de agua de Córdoba.
En 2023, la situación fue similar: durante seis meses hubo lluvias que no superaron los cinco milímetros. La sequía lleva varios años y deja huellas.
Entre mayo y septiembre de 2024 pasaron cinco meses sin lluvias, salvo en algunas localidades del este provincial, pero con precipitaciones que no superaron los 5 milímetros.
El promedio histórico de lluvias en la zona central de la provincia para mayo es de 20 milímetros, para junio es de 6, para julio llega a 10, igual que en agosto, y en septiembre debería rondar los 29.
En esos seis meses, la media habitual debería ser de 75 milímetros de agua caída, frente al cero reportado este año. El déficit es muy notorio.
En octubre debería llegar, para equilibrar la media histórica, a los 62 milímetros, para pasar los 100 en noviembre y rondar entre 120 y 130 en los tres meses de verano (diciembre, enero y febrero)
Eso, para un promedio anual que se acerque a los 780 milímetros. El único año, de los últimos, en que se superó el milimetraje promedio fue 2022.
Este septiembre fue el más alejado de lo habitual: llovió cero en Córdoba, cuando se esperaba que fueran cerca de 30. En ese mes de 2021 llovió 11 milímetros, en 2022 fueron 40 milímetros y en el de 2023 se registraron 4 milímetros.
Mientras, los pronósticos anticipan que quizá hasta fin de este año las precipitaciones seguirán algo por debajo de la media histórica en el centro del país.
Primavera complicada
García explicó que en los próximos meses habrá lluvias pero con valores, en general, más bajos de los promedios históricos.
Ese cuadro –advirtió– podría provocar un déficit del recurso para las localidades que se abastecen de ríos. Incluso ya hay varias que se han declarado en alerta por la escasez de agua potable disponible, como son los casos de Alta Gracia, por la bajante del río Anisacate, y Villa Carlos Paz por el bajo caudal del río San Antonio.
En el corto plazo, recién habría alguna perspectiva de lluvias para la próxima semana, dato que ya adelantó también el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Los embalses serranos, en tanto, no lucen actualmente niveles críticos. Pero García estima que no llegarán a colmarse por lo menos en los seis próximos meses, es decir, hasta el cierre del verano.
La escasez promedio de lluvias no hace descartar, de todos modos, que en el marco de los efectos del cambio climático puedan producirse eventos climáticos extremos, que no se pueden pronosticar con tanta anticipación, y que puedan implicar algún día, y en algún sitio, precipitaciones extraordinarias.
¿Cuándo lloverá?
El meteorólogo cordobés Marcelo Madelón aclaró en tanto que no existen los pronósticos a largo plazo, sino perspectivas. “Esta semana será seca. Si bien no vamos ya a a tener el calor de este lunes, seguirá habiendo ausencias de lluvias también en los primeros días de octubre”, indicó.
Recién podría llover entre el 7 y el 9 de octubre –anticipó– con precipitaciones que en el centro del mapa de Córdoba podrían alcanzar los 20 milímetros.
Tras los incendios, las primeras precipitaciones si son abundantes en sitios quemados podrían generar el arrastre de cenizas hacia arroyos, ríos y lagos.
En los próximos tres meses, la tendencia marca que los días serán más cálidos y más secos, con temperaturas máximas más elevadas, de entre 2 a 3 grados por encima de la normal.
Al estar más seco, hay más amplitud térmica y las mínimas son más bajas y las máximas son más altas. “Hay que estar preparados para más calor de lo normal y para menos lluvias”, consideró Madelón sobre los próximos meses.
Las últimas lluvias de cierta consideración sucedieron en abril. Desde allí se acentuó el déficit hídrico.
Madelón argumentó que la sequía se relaciona, entre otros factores, con la ausencia de bosques y forestaciones, porque se está perdiendo la humedad que llega desde el Amazonas a raíz del avance de la deforestación.
“Brasil se está quedando sin selva. La Paranaense (que en Argentina es conocida como selva misionera) ya prácticamente no existe porque se desforesta para permitir más agricultura y ganadería”, afirmó.
Al quitar selva, el ambiente se altera y no solo es un fenómeno climático sino biológico y humanitario.
Los diques, hoy
En general, los embalses no muestran por ahora niveles mucho más bajos que hace uno o dos años. En ciertas regiones, se nota más el menor caudal de arroyos o ríos. Eso se observa, por ejemplo, en los tres más grandes.
Ayer, el San Roque alcanzaba por ejemplo los 31 metros, a 4,2 del nivel del vertedero, cuando hace un año estaba con 31,9 y hace dos con 30,9.
Los Molinos reporta ahora 46,8 metros (a 6,14 del vertedero) mientras que en la misma fecha de 2023 estaba a 47,7 metros y en 2022 se midió con 47 metros.
El Embalse del valle de Calamuchita, el mayor de Córdoba, reporta actualmente 44,2 metros (2,3 por debajo del nivel de vertedero), frente a los 42,4 de la misma fecha de 2023 y 43,2 del año 2022.
El dique de Cruz del Eje, a su vez, mide ahora 30,1 metros, comparado con los 30,7 de hace un año y los 32 metros de hace dos.
En lagos de menor tamaño, como La Quebrada (en Sierras Chicas) la bajante actual es mas pronunciada: está ahora en 23,5 metros, contra 26,8 de hace un año y 27,9 de hace dos.
Fuente: Benita Cuellar- La Voz