Por Fernando Colautti y Corresponsalías- Finaliza enero, mes clave del verano en las Sierras. Los cálculos, aunque con matices, muestran conformidad con el movimiento.
El dato negativo es que todos los operadores coinciden en que el consumo está muy medido y el gasto por visitante subió por debajo de la inflación.

Aunque con matices, tres conclusiones parece ir dejando el paso de enero por las Sierras: la temporada es mejor de lo que la mayoría presuponía hace dos meses; en cantidad de turistas y ocupación de alojamiento domina cierta conformidad; y el gasto por visitante no despega y es muy medido.

Un recorrido de opiniones permite trazar un primer balance. Casi todos admiten que, en relación con cierta preocupación que los dominaba meses atrás, el movimiento ha sido mayor al previsto. Aunque no se parezca al de las mejores temporadas de la última década, sí alcanza para que una mayoría sostenga que hay más gente que el verano anterior.

El punto flaco está en los bolsillos: hay coincidencia en que el gasto es medido, sin acompañar la inflación interanual. Ese dato ratifica que Córdoba es en verano un destino de clases medias, que revisan y recalculan sus gastos. Con esa certeza, los precios resultan un punto clave en la oferta turística de la provincia.

Julio Bañuelos, titular de la Agencia Córdoba Turismo, indicó que los relevamientos oficiales muestran que en la primera quincena hubo un cinco por ciento más de turistas que el año pasado. “En la segunda será algo más, quizá un ocho por ciento más”, apuntó.

Según la agencia estatal, el enero anterior (2017) había tenido un ocho por ciento menos de visitantes que el de 2016. Por lo que el de 2018 se parecerá al de hace dos años.

“En el mes, el promedio de ocupación rondaría el 80 por ciento, con fines de semana que superaron el 99 y de lunes a jueves con un 75”, estimó Bañuelos. La estadía promedio –agregó– es de cinco noches.

También marcó el impacto que representan los festivales o eventos convocantes, que en los días de su realización llegan a colmar la capacidad de alojamiento en sus zonas.

En cuanto al gasto por turista, el funcionario provincial admitió que “es contenido”. Dijo que las mediciones aún en proceso marcarían que está apenas por encima del verano pasado, quizá en unos 1.300 pesos por día por visitante. Si se considera la inflación, quedaría por debajo del año anterior.

Por eso, en general, resulta mejor el rendimiento para el sector alojamiento que para el gastronómico y el de entretenimientos.

Fuente: La Voz del Interior