En septiembre del año pasado, trascendió el caso de 41 perros que fueron rescatados de un criadero clandestino en Alta Gracia en severas condiciones de salud. Meses después, el ataque de un perro a su dueña en Parque Virrey destapó la realidad de la mujer, que convivía con 50 animales. Todos ellos, por orden judicial, fueron puestos a disposición de Fundación ADMA.
En septiembre del 2022, tras el polémico caso de los 41 perros rescatados en un allanamiento a un criadero ilegal perteneciente a una médica veterinaria en Alta Gracia, los animales fueron confiados, por vía judicial, a Fundación ADMA para su cuidado y contención.
Los perros, de diversas razas, fueron rescatados a mediados de septiembre en una clara infracción de la Ley Sarmiento. Presentaban signos evidentes de maltrato, como demodexia (sarna), desnutrición y hembras expuestas a situaciones de preñez de manera repetida. El maltrato fue certificado mediante un Médico Veterinario del Ministerio Público Fiscal.
Desde el momento del rescate, los animales han sido monitoreados por veterinarios y profesionales especializados. Cada uno de ellos recibió atención para tratar las secuelas y enfermedades derivadas del hacinamiento, la negligencia y la falta de cuidado a los que fueron sometidos.
«Desde la institución y con gran esfuerzo, se logró la disponibilidad de hogares provisorios, muchos que siempre abren sus puertas cuando situaciones como estas apremian; y otros hogares provisorios que resultaron de la triste situación a la que fueron sometidos estos animales. Mientras el proceso legal por maltrato animal sigue su curso, se solicitó la custodia definitiva de los animales», explicó Carolina Romagnoli, presidenta de Fundación ADMA, a Redacción Alta Gracia. «El objetivo de ADMA es devolverles la dignidad que, como seres sintientes sujetos de derecho, jamás debieron perder», subrayó.
El medio centenar de animales de Parque Virrey
Por otro lado, en enero de este año, un ataque de un perro a su dueña de 69 años en Barrio Parque Virrey provocó la amputación de sus brazos. Este incidente reveló la realidad en la que tanto la mujer como más de 50 animales vivían en condiciones precarias. En este caso también, los animales fueron puestos bajo el resguardo y cuidado de ADMA.
«El maltrato por hacinamiento, falta de agua, aseo y un hábitat apropiado, fue certificado por tres profesionales veterinarios quienes también se ocuparon de los tratamientos para su recuperación. Desde ADMA se arbitraron los medios económicos y humanos para poder recuperarlos», manifestó Romagnoli.
En este caso, algunos de los animales se encuentran también en hogares de tránsito, mientras que otros «viven» en la Casita de ADMA o en los domicilios de los voluntarios de la Fundación. «De esta manera se suman más de 30 animales más bajo el cuidado de ADMA. Una vez recuperados vamos a buscar hogares que quieran adoptar responsablemente y, según determine la justicia, se solicitará el cambio de depositario judicial o bien la custodia definitiva de los mismos» aclaró la presidenta de la Fundación.
«Ambos son casos de maltrato animal propiciado por el humano y la justicia debe garantizar que no se repitan. Por difícil o burocráticos que sean los procesos para revertir la situación de estos animales, como institución, estamos convencidos que esos procesos, protocolos y procedimientos garantizan esa institucionalidad que trasciende a las personas convirtiéndose en un derecho de toda la sociedad», finalizó Carolina Romagnoli.
