Revista y Editorial Sudestada- Después de dos años, nos volvimos a encontrar en las calles de San Luis. Entre batucadas, abrazos y cantos nos juntamos a luchar por nuestros derechos. Rancheamos en la plaza para flamear la bandera del feminismo.
Nos encontramos las pibas, las viejas, las travestis, las sobrevivientes, las originarias, las kurdas, las hijas y las abuelas.
Nos sentamos en los pisos de las escuelas para enseñarnos y aprendernos. Para compartir conocimientos, debatir y llegar a un punto en común. Para transformar nuestras reflexiones personales en discursos colectivos. Dialogamos con nuestros pluralismos y diferencias.
Trazamos una linea por nuestros mapas personales. Lloramos, nos abrazamos, reímos a cajarcajadas y bailamos al ritmo de la batucada.
Hoy cerramos un Encuentro plurinacional transfeminista, diverso y con todas las disidencias adentro. Así nos construimos quienes luchamos contra la violencia machista que nos atraviesa. Nos llenamos de glitter y de colores para celebrar que estamos juntes y que nos tenemos. Finalizamos una jornada marchando, gritando, cantando y bailando. Lo hicimos por las que están y por les que nos faltan. Lo hicimos para pedir la aparición de Tehuel y Guadalupe, para pedir justicia para Lucía Pérez, para exigirle al Estado que deje de mirar para otro lado. Alzamos la voz por las machis, para pedir su liberación y corear bien fuerte que somos esas: «las nietas de todas las machis que no pudieron matar».
