Hace aproximadamente cuatro meses funciona en la escuela Presidente Yrigoyen un espacio para madres de alumnos de la institución, donde se les brinda capacitación y trabajo para que puedan reinsertarse laboral y educativamente, generando nuevas oportunidades.
Hace alrededor de cuatro meses comenzó a desarrollarse en la Escuela Presidente Yrigoyen, en Barrio General Bustos, un espacio para madres de alumnos que asisten al establecimiento. Allí, el grupo de unas seis mujeres, se capacitan y se desarrollan en un oficio para poder tener una salida laboral.
«Me acerqué a la escuela con un par de propuestas para colaborar sobre la generación de oportunidades. No con una donación, sino con gestión. Lo primero que hice fue hacer un relevamiento, tener datos, mapeos, armar un diagnóstico sobre lo que necesitan, cuál es la situación. No había Cooperadora, costaba que las familias se acerquen a la escuela. Con esa situación planteé involucrar a los padres desde otra perspectiva, más allá de mirar un cuaderno», manifiesta a Redacción Alta Gracia Paola Piantanida, gestora cultural y quien ha llevado adelante múltiples proyectos a nivel local. Cuenta, además, que llegó a la escuela gracias a la madre de un alumno de teatro.
De esta forma, se creó un espacio dentro de la misma escuela para seis mujeres, donde pueden capacitarse y desarrollar una actividad económica que les genere un ingreso. Esto sigue el modelo productivo de Genuina Modus, un proyecto llevado adelante por Piantanida, que toma el concepto de economía circular y que busca «mejorar el bienestar social, promover la equidad, combatir la escasez y disminuir las amenazas al medio ambiente a través del uso eficiente de los recursos».
«La recepción fue fantástica. Lo que hacemos es tomar distintos desechos de diferentes industrias y convertirlos en un producto comercial, para crear valor con ellos e insertar en una nueva cadena productiva. Estamos reciclando el rezago de la industria textil, en este caso local, así que estamos ayudando a no contaminar, quitando del circuito toneladas de desechos. Llevamos casi 600 kilos de tela recuperados, de todo tipo: telas, plástico, botones y los convertimos en los productos», explica Piantanida.

En el taller, además, las mujeres trabajan en la búsqueda de una marca con identidad propia: School and Ties, y entre las distintas actividades toman los trabajos de los mismos alumnos: los dibujos serán la primera línea de muñecos colgantes, llamada «Emociones».
«El taller lo monté con inversión de capital privado, es un modelo de financiamiento colectivo: lo hice con amigos dueños de empresas, que saben de mi trabajo en otros lugares y les encantó que fuera en Alta Gracia. Con eso compré herramientas e insumos», aclara Pianitanida, quien destaca la labor de Mariela Auer, Elisa Cordi, Pablo Molina, Marcos Laporta y Nicolás Groube.
«Son seis mujeres, madres de alumnos de la escuela. Son mujeres muy fuertes, con capacidad, con talento, se están encontrando en un espacio distinto de aprendizaje, son amigas y vecinas del barrio, ahora tienen otro tipo de relación, se sienten bien en un aprendizaje que las lleva a profesionalizarse», expresa quien lleva adelante el proyecto, que, además, conseguirá los primeros clientes para realizar bolsas para merchandising empresarial.
«Estamos trabajando en un modelo asociativo para que el día de mañana puedan conformarse en una cooperativa de trabajo. Gracias a este grupo ahora la escuela tiene Cooperadora. La idea era no obligar a participar cuando no quieren», sostiene Piantanida. Aclara, además, que ahora son varias las personas que quieren involucrarse en el proyecto, incluso tienen una modista que ayuda en el proceso de creación de los productos, trabajo que es remunerado.
El grupo de mujeres trabaja en un aula, que fue especialmente dispuesta para que desarrollen su trabajo, donde tienen dos máquinas de coser y diversas herramientas. Quien se ha cargado el proyecto al hombro, además, es la directora del establecimiento, Patricia Scurti.


«Tienen el total apoyo de la directora y desde Inspección. Nada les va a venir de arriba, están estudiando, aprendiendo, poniendo su propio esfuerzo, tiempo y dedicación. Usan lo que hay, claramente, pero si ellas no ponen empeño no cumplimos el ciclo. Ponen lo que tienen a mano para aprender a ser independientes», finaliza Piantanida.
El lanzamiento de la marca School and Ties, junto con los primeros productos, será en noviembre próximo, donde comenzará a rodar la rueda comercial de estas seis familias que decidieron salir de la zona de confort, aprender y desarrollarse para un mejor futuro.
