Belisario Roldán fue mucho más que una calle de la ciudad: político y poeta, fue un referente de la belle époque argentina. Dejó de existir trágicamente en Alta Gracia a los 49 años, allá por 1922. Un brevísimo resumen de su vida, en esta nota.
Este 17 de agosto, aparte de José de San Martín, también fue el aniversario de fallecimiento de un emblemático personaje, cuyo nombre lleva una de las principales arterias de la ciudad.
El 17 de agosto de 1922, en la -por ese entonces- tranquila ciudad de Alta Gracia, falleció el destacado escritor, orador, abogado y político Belisario Roldán, quien había nacido en Buenos Aires en 1873. Belisario, conocido por su pasión por la literatura y su carrera en el periodismo, se alejó de la abogacía después de obtener su título en la Universidad de Buenos Aires en 1895.
Su carrera política comenzó en las filas de la Unión Cívica Nacional, donde fue elegido diputado nacional en 1902. A lo largo de su vida, desempeñó roles importantes, como su participación en la delegación argentina que viajó a España para retribuir la visita de la Infanta Isabel durante el Centenario, y en la inauguración del monumento al General San Martín en Boulogne Sur Mer en 1909. Nos dejó re-bien parados don Belisario en esas visitas. Con el tiempo, también se alejó de la política.
Su vida personal estuvo marcada por su amor por Arnolda Brinkmann, a quien conoció durante sus frecuentes visitas a la casa de la familia Brinkmann en Córdoba. Sí, el nombre de la localidad es por esa familia. Su romance no fue sencillo y llegó a su punto cúlmine con un duelo en 1907 con Teodoro de Bary, un pariente de Arnolda, a quien Belisario no le caía nada bien. Cual película hollywoodense Belisario y Teodoro se batieron a duelo con sables. Pero tal sacrificio tuvo final feliz: a pesar de las heridas físicas y emocionales, Belisario y Arnolda finalmente se casaron en 1911.
Belisario escribió cinco libros de poemas: La senda encantada, Bajo la toca de lino, Letanías de la tarde, Llamas en la noche y Poesías completas. Varias obras teatrales entre 1912 y 1920 y dos libros de cuentos.
Con el tiempo, la salud de Belisario comenzó a deteriorarse, y la falta de éxitos personales lo sumió en un profundo «idealismo destructivo». El 17 de agosto de 1922, a los 49 años, Belisario Roldán decidió poner fin a su vida en Alta Gracia, dejando tras de sí un legado literario y político importantísimo. Hoy, una de las arterias más importantes de la ciudad lleva su nombre. Su inesperado final tomó por sorpresa a la sociedad argentina, allá por la década de 1920: el triste final del abogado, político y poeta que parecía tenerlo todo.