Por Francisco Panero- Franco Daniel Carignano (27) recibió la dura sanción por extorsionar a nueve mujeres a través de la web, haciéndolas desnudar y exigirles que le envíen fotografías. «Lo novedoso es que se reconoce abuso sexual y en ningún caso hubo contacto físico», dijo el fiscal.
El juez de la Cámara 8ª del Crimen, Juan Manuel Ugarte, condenó a 14 años de prisión a Franco Daniel Carignano (27), el extecladista del grupo musical Trulalá al hallarlo responsable de un sinnúmero de extorsiones a través de redes sociales a nueve mujeres a las que terminaba haciéndolas desnudar y les pedía fotos en posiciones humillantes.
Los hechos aberrantes se traducen en las calificaciones legales de la acusación que se confirmaron en la sentencia conocida al mediodía de este martes: coacción calificada por anonimato, abuso sexual gravemente ultrajante calificado por el grave daño a la víctima, facilitación o producción de imágenes pornográficas y corrupción de menores.
Los ocho hechos de la acusación tienen nueve víctimas femeninas, cuatro menores de edad.
El caso
El fiscal Hugo Almirón había solicitado una condena de 15 años de prisión y las mismas figuras penales que se impusieron en la sentencia.
Según la instrucción de la fiscal Ingrid Vago, el procedimiento que utilizó de modo continuado a través de años, entre 2009 y 2016, consistía en entablar amistad virtual con jóvenes o adolescentes a las que les solicitaba tomarse una fotografía en ropa interior.
Luego de eso, Carignano les exigía que siguieran tomándose más fotos o se grabaran en videos, desnudas o en poses insinuantes o provocativas. Si no accedían a su pedido, las amenazaba con difundir las imágenes que ya le habían pasado a través de la web. Esto sucedía sin que se detuviera en el tiempo y se prolongaba, en algunos casos, durante años.
A tal punto llegaba la relación de dominación que las mujeres extorsionadas habían incorporado a su rutina diaria la humillante sesión de fotografías que las degradaba como personas.
La relación virtual se sostenía con perfiles falsos que Carignano asumía y con el uso de datos comprometedores de las mujeres que le permitían manipular a la víctima, bajo la amenaza de colocar en sus perfiles de Facebook las fotos que las humillarían.
En algunas ocasiones, cuando sus “amigas virtuales” osaron desobedecer, llegó a cumplir su “promesa” y con eso conseguía doblegar sus voluntades, siempre de acuerdo con lo que consta en el expediente.
Fuente: La Voz del Interior