La madre de una pequeña de tres añitos, ambas víctimas de violencia familiar, alega que tanto la maestra, como la directora de la institución no atienden las necesidades de la niña. «Lo que están haciendo con mi hija no es justo: le están arruinando su infancia, sus primeros pasos», expresa la mamá.
Abril es oriunda de Córdoba Capital y mamá de tres niñas: las cuatro se vinieron a vivir a Alta Gracia hace unos meses escapando de una situación de violencia familiar. Las tres menores, cuenta la mamá, poseen problemas de salud respiratorios y la menor, de tres añitos, también de riñón.
La más pequeñita comenzó a asistir al jardín en Alta Gracia, entre pleno nombramientos de docentes titulares y suplentes. «Mi nena es muy dulce, pero después de la violencia que pasamos no se había quedado con nadie, entonces es obvio que necesite contención, cariño y seguridad en el jardín. Los primeros días se lo daban, pero luego la misma directora me decía que mi hija no era la única niña para atender, que viéramos como hacíamos porque lloraba toda la mañana. Cuando iba a retirarla estaba con la cara hinchada de tanto llorar», manifestó Abril a Redacción Alta Gracia.
Luego, según cuenta la mamá, la pequeña dejó de comer en el jardín en el PAICor: llevaba su propia comida porque no podía comer el desayuno que le brindaban en el colegio, pero la niña volvía a su hogar con la vianda sin tocar.
«Cuando le dije a la directora que iría a Inspección a buscar una solución me dijo: ‘yo te doy el número, si querés, para que la ubiques más rápido'», alega la mamá de la pequeña.
Al momento, aún no se han realizado denuncias formales en el establecimiento educativo, ni exposiciones al respecto en organismos de control.