Foto Redacción Alta Gracia. Archivo

Ludmila Giménez Ochoa, coordinadora de Barrios de Pie Alta Gracia, expresó su preocupación ante esta medida, destacando que el programa Potenciar Trabajo tenía como objetivo complementar el salario mínimo y no solo entregar dinero, sino también promover la economía popular.

El programa Potenciar Trabajo, que ha sido el principal plan de asistencia social del Estado durante los últimos ocho años, ha dejado oficialmente de existir. Tras reducir el monto del beneficio, que este mes alcanzó los 78 mil pesos, equivalente a medio Salario Mínimo Vital y Móvil, el Gobierno ha optado por reemplazarlo por dos nuevos programas: «Volver al Trabajo» y «Acompañamiento Social». Esta decisión generó incertidumbre entre los beneficiarios y despertó críticas por parte de distintos sectores.

Ludmila Giménez Ochoa, coordinadora de Barrios de Pie Alta Gracia, expresó su preocupación ante esta medida, destacando que el programa Potenciar Trabajo tenía como objetivo complementar el salario mínimo y no solo entregar dinero, sino también promover la economía popular. «Venimos trabajando incansablemente a través de merenderos, a través de la formación de nuestros compañeros. Esta decisión de decir ‘esto no funciona, vamos a hacer otra cosa’, genera incertidumbre en las compañeras y los compañeros que cobran, porque por el hecho de que la noticia es confusa, muchos entienden de que no se va a pagar más», manifiesta la coordinadora en diálogo con Redacción Alta Gracia.

Además, Giménez Ochoa señaló que, debido al congelamiento del programa a finales del año pasado, los beneficiarios ya estaban enfrentando dificultades económicas, especialmente porque dejaron de recibir mercadería para los comedores y merenderos. Con un monto mensual de 78 mil pesos, que se considera insuficiente dada la situación económica actual, muchos beneficiarios se ven obligados a buscar varios trabajos informales para llegar a fin de mes. «Los compañeros terminan teniendo tres o cuatro trabajos para poder llegar a fin de mes y son trabajos informales: estamos hablando de changas, de limpieza de casas», explica.

«Quizás nuestro trabajo está invisibilizado, pero el trabajo existe, es real. Nosotros siempre invitamos a quien se quiera llegar. Estamos trabajando en Oslo 262, en Barrio General Bustos. Hace poco terminamos nuestro centro comunitario. La idea ahí es empezar con talleres, convertirlo en un espacio de encuentro para todos y seguir articulando con vecinos y vecinas de la ciudad de Alta Gracia, con organizaciones sociales, con asociaciones civiles, como lo venimos haciendo todo este tiempo. También entender de que nuestro trabajo existe, que sí venimos trabajando y haciendo cosas, y dejar de estigmatizar a los sectores populares como vagos que no hacen nada porque no es así. Es desafortunado pensar que las organizaciones sociales no venimos trabajando, que no venimos haciendo nada, cuando en realidad estamos creando trabajos en lugares y con personas que no acceden al mercado laboral formal hoy.» finaliza Ludmila.