Foto ilustrativa. La Voz

Nuevamente, varios vecinos denuncian intentos de estafa sobre alquileres en la ciudad. La modalidad es hacer una transferencia bancaria a modo de seña para poder ver el inmueble. Especialistas aconsejan nunca hacer un movimiento de dinero sin antes haber visto la vivienda o bien, contratar a un profesional.

Estafas virtuales hay de todo tipo y, el blanco en común es la necesidad de la gente, claro está. En ese sentido, más de una vez usuarios de redes sociales han alertado sobre estafas relacionadas a alquileres en Alta Gracia.

La modalidad es ofrecer un alquiler a un precio más que atractivo, y, con la excusa de que hay varios interesados en el inmueble, piden una seña para poder ver y guardar la vivienda. Y, cabe destacar, no es una modalidad novedosa.

Ver: Denuncian intento de estafa con un supuesto alquiler de una vivienda

«Desde el punto de vista profesional, diría que siempre contraten a un martillero o a un corredor matriculado. Ya contratando a una persona, ya tenés toda la seguridad de que estás haciendo un negocio serio», aconseja Carlos Cortez, de CHC Inmobiliaria (CPI 4060).

«Nunca, nunca hay que dejar dinero, y menos sin haber visto nada, bajo ningún punto de vista», añade sobre el principal móvil de la estafa.

Respecto a cómo funcionan las inmobiliarias respecto a las señas, Cortéz explica: «Hay distintas operatorias, a veces lo ven y están de acuerdo con cómo es la propiedad, con las condiciones y deja una reserva y después presenta los papeles. A veces otras inmobiliarias presentan los papeles y también ahí le toman la reserva o directamente hacen los papeles. Pero lo importante es nunca de dejar dinero solamente para ver una propiedad».

Oferta y demanda de alquileres en Alta Gracia

El 29 de diciembre entró en vigencia el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) impulsado por Javier Milei, lo que implicó la derogación de la Ley de Alquileres 27.737. Con esta medida, los contratos de alquiler volvieron a regirse por el Código Civil y Comercial, revirtiendo el sistema establecido desde junio de 2020. La particularidad de esta nueva normativa es que ahora las partes tienen libertad para negociar y acordar los términos del contrato según sus necesidades y conveniencia.

«En cuanto a la oferta y la demanda, ahora hay más oferta que antes. Antes había muerto bastante el tema. La ley anterior comprendía esto de que era un contrato sí o sí de tres años y que los aumentos se daban en función de un índice establecido, que dentro de todo tenía una coherencia con la realidad, pero era anual. Por ahí es una inversión muy grande tener un inmueble y que no te dé un rédito económico. Entonces, estaban un poco desconformes, incluso también para los inquilinos, porque le venía un aumento muy grande todo junto. No era paulatino, ahora más o menos se fue acomodando por ese lado», opina Cortéz.