Por María Luz Cortez. Es otoño y Netflix tiene una fuerza atractiva para acercarte a sus propuestas. El 18 de mayo estrenó la segunda temporada de «13 Reasons why», algo así como 13 Razones por qué en castellano. Dudé de esta recomendación porque toca un tema polémico y definitivamente difícil de abordar que es el detonante de la serie: el suicidio adolescente. 

Por lo áspero del tema, no es para mí una serie recomendable para el público vulnerable, aunque es también al que apunta. En ese caso, hago la advertencia pertinente (que desde esta año se incorporó a la propuesta) de mirarla acompañada por un adulto responsable.

El mundo adolescente es complejo, frágil, secreto, sólo accedemos a él a través de nuestra mirada de adultos. En esta serie el detonante empieza cuando Hanna, una bellísima joven nueva en la escuela decide quitarse la vida y para «justificar» su actuación antes graba una serie de cassettes que contarán cómo llegó hasta allí.

La trama es atrapante y veloz, como muchas series de Netflix genera adicción; tanto que hay segunda temporada. Por momentos, hace pensar que todo pasa por la ficción, que esas situaciones no suceden en vida real.

Por supuesto, es una serie con un formato estadounidense que no deja de mostrar los prototipos que muestran en sus películas con personajes que hacen bullying, otros que son víctimas, los nerds, las chicas lindas, los deportistas.

Es un boom entre los adolescentes que solos con sus pantallas portátiles en manos pueden verlas sin que nos enteremos. La serie cuenta con dos temporadas que ya están disponibles en su plataforma.