“Un fenómeno que vi es que tuve este año es que muchas quinceañeras deciden realizar su fiesta cuando en realidad ya tienen 16 años”, explicó la maquilladora y asesora de imagen Mariela Cismondi, de Mechi Cismondi Make Up en Alta Gracia. Al respecto detalló que, en 2020 muchos eventos no se pudieron hacer, aunque ya estaban pagos, por lo que este año es un “boom” entre las nuevas fiestas y las del año pasado. “Se juntaron los eventos, ya que en muchos salones no les devuelven el dinero y hay que realizarlos sí o sí”, destacó sobre este nuevo fenómeno.
Cismondi trabaja en Alta Gracia, Córdoba, Embalse y alrededores. Sobre su experiencia en 2020, analizó que hubo muy poca actividad y que le llamó la atención que muchas decidían pedir sus servicios para eventos poco usuales como bautismos. También se sumaron a clases de automaquillaje on line para mantener las distancias.
Sin embargo, en 2021, comenzaron las reservas por los siguientes meses tanto en fiestas de 15 años como en casamientos y otros eventos. Jueves, viernes, sábados o domingos son los días elegidos para las celebraciones y la agenda de sus reservas ya cuenta con eventos desde septiembre hasta marzo de 2022 entre casamientos, egresos y quinceañeras grafica la maquilladora.
“Se dio un boom repentino de eventos y tuve que sumar a más equipo para acompañarme”, destacó y agregó que hay que estar “flexible” y mantener todos los elementos de bioseguridad. Un dato novedoso para ella es que, más allá de las reservas anticipadas se sumaron muchas personas de “último momento”.
En San Francisco, propietarios de salones de fiestas y catering para eventos también celebran las nuevas flexibilizaciones. Nicolás Borgogno, de Organización Cacho, que cuenta con un salón para 140 personas, testimonia: “Hay que aprovechar el momento. Veníamos teniendo muchas consultas y ahora pudimos cerrar todo octubre. Es un volver a respirar, y la perspectiva es que siga así”.
Iván Bagnasco, de la cantina El Vélez, con capacidad para más de 100 personas, señala que hasta fin de año sólo le quedan sin reservar tres fines de semanas. “Las nuevas flexibilizaciones las recibimos con alegría y tranquilidad. El operativo de vacunación está dando resultados. Pero soy cauteloso porque la pandemia nos afectó mucho, se nos desarmó una cocina, en el salón quedó una sola persona y es como volver a arrancar. Pero con buenas expectativas”, indica Bagnasco, mientras muestra reservas para cumpleaños de 15, casamientos, fiestas de aniversario y de bautismos.
“Espero que no se me junten la fiesta de 15 con el egreso”, le dice una joven a Rubén Pincini, organizador de eventos de Río Cuarto y quien por estos días hace malabares para acomodar las fechas de las nuevas fiestas con las reprogramadas que se acumularon por la pandemia de Covid-19.
Con la flexibilización de los protocolos sanitarios, volvieron las celebraciones sociales y cambió la situación de los llamados “banqueteros gastronómicos”, que tuvieron nula actividad comercial durante el confinamiento por coronavirus.
“Este año y medio ha sido muy complicado. Estamos colapsados económicamente, reprogramando todo lo que quedó pendiente. Trabajamos de manera mancomunada con el municipio, tuvimos algunos créditos, pero estamos todos endeudados. Fue muy crítica la situación”, dice Pincini, vicepresidente de la cámara hotelera y gastronómica de Río Cuarto. Pincini cuenta que se dedicó a la venta de autos y de alimentos congelados en los meses con restricciones.
Sus pares de distintos puntos de la provincia revelan también las grandes expectativas actuales y lo mal que la pasaron cuando todas las fiestas se prohibieron.
RUBROS
Los empresarios del sector coinciden en destacar que son más de 45 los rubros que se reactivan con la vuelta de las fiestas.
Mencionan desde el alquiler de salones hasta los servicios de gastronomía, pasando por los de sonido, iluminación, fotografía, catering, seguridad, remisería, indumentaria, peluquería, cosmetología, manicuría, decoración, venta de flores y una larga lista de etcéteras.
Desde Villa Dolores, Gabriela Martínez, titular de un moderno salón de fiestas para 700 personas, recuerda que “el impedimento de trabajar se vivió como un castigo”. En marzo de 2020, quedaron las comidas preparadas, los vestidos sin estrenar, las tortas sin cortar y muchos videos de cumpleaños que nadie aplaudió.
Cuenta que las más de 20 familias que vivían de sus fiestas tuvieron que reinventarse: los cocineros hicieron delivery, los sonidistas se convirtieron en fleteros y muchos no tuvieron ningún recurso posible. “Aquí las autoridades no aflojaron en nada, los servicios y los impuestos se siguieron cobrando, no se consideró la situación”, plantea.
“Fue muy duro y repentino, no queríamos ser inconscientes, pero tampoco entendimos cómo otros rubros con circulación de gente, como restaurantes y bares, tuvieron luego más flexibilidad que nosotros”, afirma Gabriela.
Eduardo Fondello, de Río Cuarto, relata: “Vivimos este año y medio como en economía de guerra, sólo tratando de sobrevivir. Nos atrasamos en los impuestos, sólo bancamos a los empleados y hasta hicimos canje por cenas de fin de año. Ahora confiamos en que se va a recuperar la actividad. Ya estamos todos con la agenda cargada de fiestas; yo no tengo un sábado libre hasta mayo”.
DULCES 16 Y RESPIRO
“Un fenómeno que se está dando es que muchas chicas deciden realizar ahora su fiesta de 15, cuando en realidad ya han cumplido 16”, explicó la maquilladora y asesora de imagen Mariela Cismondi, de Alta Gracia. Igual que en otras ciudades, allí se vive “un boom” de festejos nuevos y atrasados.
Mariela tuvo que sumar gente a su equipo y ya tiene reservas para marzo de 2022. “Se juntaron los eventos de 2021 con los de 2020, en muchos salones no les devuelven el dinero y hay que realizarlos sí o sí”, destaca.
Cismondi trabaja en Alta Gracia, pero también en Córdoba y en Calamuchita. En 2020 tuvo pedidos poco usuales, como clases de automaquillaje online.
En San Francisco, propietarios de salones de fiestas y catering para eventos también celebran las nuevas flexibilizaciones. Nicolás Borgogno, de Organización Cacho, que cuenta con un salón para 140 personas, testimonia: “Hay que aprovechar el momento. Veníamos teniendo muchas consultas y ahora pudimos cerrar todo octubre. Es un volver a respirar, y la perspectiva es que siga así”.
Iván Bagnasco, de la cantina El Vélez, con capacidad para más de 100 personas, señala que hasta fin de año sólo le quedan sin reservar tres fines de semanas. “Las nuevas flexibilizaciones las recibimos con alegría y tranquilidad. El operativo de vacunación está dando resultados. Pero soy cauteloso porque la pandemia nos afectó mucho, se nos desarmó una cocina, en el salón quedó una sola persona y es como volver a arrancar. Pero con buenas expectativas”, indica Bagnasco, mientras muestra reservas para cumpleaños de 15, casamientos, fiestas de aniversario y de bautismos.
En Río Segundo, el dueño del Complejo El Norte, Adrián García, dice que durante las restricciones severas una parte del personal se reacomodó en el área gastronómica, pero la mayoría se vieron seriamente afectados. “Tratamos de generar algunos eventos para que pudieran seguir trabajando. Hicimos locro y empanadas para paliar un poco la situación. Ahora tenemos en cartelera varios eventos, musicales y de otro tipo, y ya nos confirmaron todos los fines de semana de diciembre con fiestas de egresados”, comenta.
En Sierras Chicas, Noelia Nosicosky dueña de Salón Casa Pueblo, apunta: “Tengo más de 20 fiestas contratadas del año pasado. Desde que se flexibilizó me piden fechas”, cuenta.
Remarca que todo el tiempo que estuvieron paralizados o funcionando a medias, los gastos fijos no pararon. “Queríamos habilitar antes pero no nos daban la posibilidad. Además, perdimos toda la materia prima. Va a pasar mucho tiempo para recuperarnos”, señala.
En Agua de Oro, la propietaria de San Leonardo, Claudia González, afirma que la gastronomía, la industria del ocio y la hoteleraía fueron las más perjudicadas. “Sostuvimos el negocio y los empleados, recurriendo a créditos y a familiares. Nos descapitalizamos para sostener los nueve meses cerrados”, apunta. Y sostiene que para el 2020 tenía programadas 15 bodas, varias de extranjeros (que aún no se pueden realizar). Y para lo que resta del año, tiene en agenda 18 bodas (eventos más pequeños) y que está cotizando alrededor de cinco fiestas por día.
TANTA EMOCIÓN
Gastronómicos de distintos puntos de la provincia coinciden en plantear que las fiestas sociales han cambiado tras la cuarentena.
“Es muy fuerte lo que se vive en los primeros eventos ahora, no sé si es por el aislamiento o por los condicionamientos de horario, pero hoy se aprovechan las fiestas al 100 por ciento. No hay más baches. Apenas se pone música, la gente sale a bailar, disfruta tanto, con mucha emoción”, remarca el riocuartense Pincini.
También se advierte otra tendencia en cuanto a los festejos de cumpleaños. “Ya no son los 40, los 50. Después de todo lo triste que se pasó, la gente que puede festeja los 34, los 47, cualquier edad. No esperan una cifra redonda para celebrarlo”, revelan.
Los “banqueteros” sostienen, en general, que “se han naturalizado” los protocolos para impedir los contagios de Covid y que, por ejemplo, se eliminaron las tradicionales mesas de fiambre o de dulces, para evitar que los comensales entren en contacto con un mismo plato.
Pero muestran alguna preocupación por si se les exige a ellos controlar que los asistentes tengan dos dosis de vacunas. “Los chicos de 15 no están vacunados, y entre los adultos muchos tienen aún una sola dosis”, advierten.
FUENTE E IMAGEN: CORRESPONSALÍAS LA VOZ DEL INTERIOR