Redacción Alta Gracia- Se llevará a cabo este domingo 22 desde las 9 horas en Villa La Bolsa. Los asistentes se acreditan y parten desde la terminal.
Este grupo de personas que lucha por el no cierre de las acequias en el Valle de Paravachasca junto a la Comuna de Villa La Bolsa, organizaron esta caminata donde junto a Nilda Moreschi-Premio Musa 2019- van a vivenciar la historia del patrimonio que encierran estas magníficas construcciones. Además participarán especialistas en senderismo.
La actividad tiene un costo de 100 pesos y hay que inscribirse al 810-268-8735.
Túnel Jesuítico de La Bolsa, Córdoba – Argentina
Las actuales comunas de Anisacate y La Bolsa, en la provincia de Córdoba, pertenecieron antaño a una estancia propiedad del monasterio de las Carmelitas de Santa Teresa de la ciudad de Córdoba.
En el año 1574 las tierras de Anisacate, pobladas de los pueblos originarios, son dadas en merced al Capitán Tristán de Tejeda, compañero de conquista de Jerónimo Luis de Cabrera, quien funda una estancia y los indios reducidos a su encomienda.
La estancia será heredada por su hijo, Juan de Tejeda Mirabal quien fundará el monasterio de Santa Teresa de Jesús de Carmelitas descalzas en el año 1628 y legará dicha estancia para sostenimiento del mismo.
La hacienda tenía una acequia para riego y un molino, ambas obras de poca envergadura, aunque la producción principal era la pecuaria (Principalmente ganado mular). El casco de la misma estuvo situado en la margen sur del río Anisacate , a la altura del cruce actual de la ruta 5.
En una mensura que encontramos del siglo XIX, se menciona la existencia de una Capilla, un cuarto antiguo y sacristía, aún en pie. A la fecha no se conserva ya ninguna construcción del casco ni ruina, a excepción del molino y parte de los canales.
En el año 1685, ya afincados los Jesuitas en la Estancia de Alta Gracia, que colindaba por el sur con la de Anisacate; solicita el monasterio de las Teresas a la Compañía de Jesús, la obra de una nueva acequia y molino para beneficio de la estancia de Anisacate.
El pedido a los jesuitas responde a que estos eran expertos en obras hidráulicas y contaban con la mano de obra capacitada (Gran cantidad de esclavos negros en la estancia de Alta Gracia, preparados en diversos oficios), y agregaría su experiencia en “túneles” ya que un tramo de la acequia en cuestión debía circular por un canal subterráneo.
A cambio de la obra recibieron los Jesuitas una franja de tierra de la estancia Anisacate (la fracción que se extendía a lo largo de la ribera norte del río Anisacate) con lo que la Compañía de Jesús extendió el límite sur de la Estanca de Alta Gracia hasta “el río de las monjas” (Así se menciona en la documentación al actual río Anizacate).
Fuente: FB Unidos por Nuestras Acequias