Mi Valle- La madre contó el mal momento que tuvo que vivir, observando, además que «si en vez de ser mi hija, que tiene 11 años, hubiera sido una criatura chiquita, la mata», manifestó.

Una niña de 11 años sufrió una fuerte descarga eléctrica hace pocos días en la terminal de ómnibus de la ciudad de Alta Gracia. Lo que tenía que ser un momento de felicidad, ya que regresaba de su viaje de estudios, se convirtió en una pesadilla, que culminó con la menor en una camilla del servicio de emergencias. 

Su mamá, en diálogo con Mi Valle, aclaró que jamás pensó en acciones legales o resarcimientos de ningún tipo «solo pedía un poco de solidaridad, algo que no se vio. Nadie se solidarizaba con nosotros. Evidentemente no tienen protocolos y si los tienen, no los saben hacer funcionar», aclaró. 

«Cuando llegó mi hija caminamos hacia la zona de parada de taxis, frenó uno y yo me acerqué al chofer para pedirle que me mande otro móvil, en eso siento que la nena pegó un grito. En un primer momento pensé que se había cortado con algo, la revisé y no tenía nada, entonces ella me dijo que le había dado una descarga eléctrica. Estaban los cables descolgados para afuera de una luminaria, que le dieron la descarga unos 5 ó 6 centímetros arriba del tobillo del pie derecho. Ella estaba muy asustada, gritaba del dolor», contó la mujer.

Por otra parte, agregó: «El remisero se bajó rápido, entró a la terminal y le avisó a una chica, que está en recepción, en informes. Se acercó y ella supuestamente llamó al encargado de la terminal y me nombró a un tal Lucas Quinteros. Ella terminaba su turno por lo que se fue, no se quedó a auxiliarme ni nada. A todo ésto pasó media hora, y nosotras esperábamos que llegara alguien, el encargado iba a llegar y nunca llegó. Había salido sin teléfono, como nunca, así que con el teléfono de mi hija llamé a los bomberos y nos informaron que ya le habían comentado desde la terminal lo que había pasado. Le pedí que me enviaran a alguien. Les aclaré que no me iba a mover de ahí hasta que llegara alguien. A los 15 minutos más o menos llegó Defensa Civil, quienes nos dijeron que recién les avisaban. A todo ésto llegó quien supuestamente era el encargado, el señor Eduardo Heredia, que si estuvo en todo momento conmigo, se preocupó, llamó la ambulancia. Finalmente le hicieron la atención, un electro, y la nena gracias a Dios estaba bien, solo el susto, no pasó a mayores, pero recibió una descarga importante.»

«No hubo solidaridad para nada de los empleados, miraban desde adentro pero nadie se acercaba para ver si necesitábamos algo. Al estar sin teléfono, no tenía como comunicarme con mi familia, al menos eso me hubieran ofrecido, o un vaso de agua para que la nena se tranquilice…algo, no se, algo de humanidad. Me sentí desprotegida. Solo esta persona, Heredia, se portó muy bien. Le mandé un mensaje por facebook a Iván Poletta, quien está a cargo de la terminal, porque no tengo manera de conseguir su teléfono, pero jamás me respondió», agregó la mujer absolutamente conmocionada por lo ocurrido. 

Aclaró, además, que las autoridades tenían como conseguir sus datos, pero nadie se comunicó para saber si la niña estaba bien. «En todo este tiempo nadie me llamó. Lo único que quería era decirles que fueran más responsables a la hora de mantener los espacios públicos. Si en vez de ser mi hija, que tiene 11 años, hubiera sido una criatura chiquita, la mata. Me da mucha bronca la falta de solidaridad y de responsabilidad. Deberían estar preparados, pero evidentemente no lo están», finalizó.