Foto Cristian Cimminelli @cristiancim
  • Organizaciones sociales, gremiales y políticas, junto a miles de personas autoconvocadas, protagonizaron una masiva manifestación en defensa del presupuesto para educación. En todo el país tuvieron lugar marchas que buscaron enviar un mensaje al Presidente, que en las próximas horas tiene previsto vetar la Ley de Financiamiento Universitario.

“¡Hay que darle tiempo a Milei! Okey: 9…8…7…6…5…”, Jorge sostenía un cartel hecho por él mismo en medio de la plaza para reclamar por la universidad pública. “Vine en abril, pero como es sordo, hay que venir de vuelta”, advirtió contra el presidente, Javier Milei, cuando las inmediaciones del Congreso están desbordadas hasta en las calles aledañas por la marcha federal universitaria.

Alumnos, docentes y rectores se movilizaron en defensa de la universidad pública en las principales ciudades del país, en lo que fue un evento masivo con epicentro en la Plaza del Congreso. Los manifestantes lograron repetir la foto del pasado 23 de abril, cuando las calles desbordaron de personas en defensa de la universidad pública. Aun así, el Presidente tiene previsto firmar en las próximas horas veto de la Ley de Financiamiento Universitario, que busca recomponer el presupuesto de las casas de estudio que dependen del Estado.

El ruido de la marcha fueron cánticos contra la Casa Rosada, alentados con bombos y redoblantes. “A ver, a ver, quién dirige la batuta, si les estudiantes, o el Gobierno y la yuta, yuta…”, fue uno de los latiguillos de la tarde. En la protesta además se conseguían pañuelos azules en favor de la universidad, remeras de la UBA y sticker con el slogan “yo defiendo la educación pública”.

La protesta de cara al Palacio Legislativo fue multipartidaria y multisectorial. Banderas de centros de estudiantes, de sindicatos docentes y no docentes, se mezclaron en la plaza con la CGT y el gremio de la economía popular UTEP, la izquierda, el radicalismo y el peronismo. También el cruce generacional fue transversal: estudiantes y docentes conviven con jubilados, familias con niños y personas en soledad, como Jorge.

Fuente. El DiarioAR