El sábado se detuvo al padre Patricio Cruz Viale, cura de la congregación. En las misas de este domingo se compartió el comunicado del movimiento y se pidió orar “por las personas implicadas en el caso”.
El santuario de Nuestra Señora de Schoenstatt, del barrio Cerro de las Rosas, es un espacio de oración y reflexión que el sábado pasado se vio conmocionado cuando personal de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual detuvo en su despacho al padre Patricio Cruz Viale, sacerdote de 58 años, imputado de abuso sexual ultrajante calificado por ministerio de culto.
Este domingo, el día después de la detención, el predio del movimiento amaneció como es habitual, y cerca de las 10 llegaron los primeros fieles a celebrar la Santa Misa.
En la entrada al templo, un cartel de bienvenida invitaba a los visitantes a conocer un poco más el “Santuario del Cerro”. Abajo de un resumen de la historia del movimiento, su carisma y fundador, un texto presenta a los padres de Schoenstatt que viven en esta comunidad cordobesa. En el centro, la foto y el nombre de Patricio Cruz Viale, el cura a cargo de ese lugar.
Debido a su sorpresiva detención, el resto de los consagrados de la comunidad debieron ayer reorganizar las actividades de una comunidad que es histórica en esa zona del cuadrante norte de la ciudad de Córdoba.
El padre Javier Arteaga fue el encargado de celebrar la primera misa de la mañana en la capilla. Recién en el rito final de la celebración que consta del saludo y bendición sacerdotal, Arteaga se refirió a la asamblea de fieles sobre la detención de Viale. Para ello, leyó la primera parte del comunicado oficial que difundió el sábado el superior provincial Pablo Javier Pol.
Arteaga mencionó que en diversos medios públicos se informó sobre la detención de un sacerdote de la comunidad, en referencia a Viale. Además confirmó que había recibido una denuncia en su contra realizada por una mujer mayor de edad.
Finalmente, concluyó con el párrafo final del comunicado, en clave de invocación religiosa. “En estos momentos de dificultad, nuestra comunidad se une en oración, pidiendo por la sanación y justicia que requieren todas las personas involucradas en este caso”.
A continuación invitó a los fieles antes de la despedida a rezar una oración a la Virgen María, conocida como consagración.
Previamente en la oración de los fieles, en donde el pueblo responde de alguna manera a la Palabra de Dios recibida con fe, hubo una petición por las mujeres, su acompañamiento y protección. Sin embargo, no hubo ninguna referencia directa a la denunciante. La misma metodología de aviso y comunicación a los fieles se repitió en las misas del domingo de las 11.30, 20 y 21.30.
De las misas de la noche participaron unas 200 personas.
El sacerdote detenido es todo un referente en la comunidad y la noticia de su detención causó una gran sorpresa y conmoción.
La tarea pastoral de Viale no se circunscribía únicamente a las tareas en el santuario del Cerro de las Rosas. También realizaba acciones de evangelización digital a través del Evangelio del Día, a lo que suma una reflexión personal.
“No puedo creerlo”, decía incrédula y en voz baja una señora que se sumó a la misa de la mañana. “Yo creo que es inocente, hasta que se demuestre lo contrario”, sumaba otra, también sin todavía poder creer la severa denuncia que pesa sobre el cura párroco.
De todas mañaneras, la detención no habría tomado por sorpresa a los más allegados a Viale. A fines de octubre se sabía que había avanzado la etapa investigativa de la justicia ordinaria, por lo que ya en ese entonces se habían armado algunas cadenas de oración en su nombre.
Fuente: La Voz