En un espacio de 20 metros cuadrados, se plantaron 48 ejemplares de especies nativas, incluyendo algarrobo, tala, mistol, molle, quebracho, espinillo, y otras. El Bosque de Bolsillo es una técnica de reforestación urbana que facilita la rápida regeneración de bosques nativos en áreas pequeñas.
El pasado sábado 28 de septiembre se llevó a cabo la plantación del primer Bosque de Bolsillo en la región de Paravachasca. La actividad fue organizada en conjunto por la Fundación Garabato, la Escuela Bernardo de Monteagudo y la Comuna de Dique Chico. El lugar elegido fue el predio de la escuela de Bajo Chico.
En un espacio de 20 metros cuadrados, se plantaron 48 ejemplares de especies nativas, incluyendo algarrobo, tala, mistol, molle, quebracho, espinillo, y otras. La plantación respetó los diferentes estratos del monte.
El Bosque de Bolsillo es una técnica de reforestación urbana que facilita la rápida regeneración de bosques nativos en áreas pequeñas. Se estima que estos bosques crecen hasta ocho metros en tres años, con un crecimiento diez veces más rápido, una densidad treinta veces mayor y una biodiversidad cien veces superior en comparación con métodos de plantación tradicionales.
Reforestación de áreas afectadas por el fuego
Por otro lado, el Ministerio de Ambiente y Economía Circular, a cargo de Victoria Flores, presentó una serie de medidas que apuntan a la restauración ecológica de los ecosistemas afectados por los incendios recientes.
A través de esta iniciativa, la cartera ambiental apunta a aunar esfuerzos para contribuir al restablecimiento de la estructura y el funcionamiento natural de los espacios que han sido dañados o destruidos por el fuego.
Dentro del corto plazo, hay una serie de intervenciones que están contraindicadas, con el principal motivo de permitir la cicatrización natural de las áreas: no ingresar caminando en grupos numerosos, ni con vehículos como todoterrenos, motos y bicicletas; no introducir ganado, ni remover restos de animales o árboles muertos.
Por otro lado, no se recomienda reforestar las áreas quemadas inmediatamente después de haber ocurrido un incendio.
Recién en el mediano y largo plazo (después de los 10 años) se recomienda implementar acciones de conservación y restauración concretas, mediante la plantación de especies autóctonas, que deben ser nativas de la ecorregión donde se va a plantar, para conservar la identidad y la genética regional. Para esto, se tomará como referencia el ecosistema nativo más próximo del sitio quemado.