Es un poco contradictorio hablar de “antipolítica” cuando los y las que están pagando espacios publicitarios para visibilizarse, son animales políticos. La infjerencia de las redes sociales en la vida cotidiana de las personas, influye tanto que hasta los referentes partidarios pagan minutos en plataformas para que los ¿conozcan?
En las últimas semanas se empezaron a ver spots publicitarios de concejales de Alta Gracia, ya sea en gigantografía en las calles como en publicidades en distintas plataformas virtuales.
Parece que se afirma, día a día, que la vida cotidiana pasa por las redes: los reclamos, los aplausos, las broncas, denuncias. Es el llamado “pulso social”. Lo mismo pasaba en la década de los 90 cuando la televisión -con los reality shows- se metieron en los almuerzos y las cenas de cientos de miles de familias: Lo que no sale en la tele, no existe.
Está claro que los concejales Marcelo Jean, Lucía Allende y Manuel Ortiz están utilizando las redes sociales para posicionarse de cara a las elecciones 2023, aunque lo nieguen y no está ni bien ni mal (esa no es la discusión). Es que los actos políticos de otrora en donde se veía a la gente y futuros candidatos en las calles, hoy no convocan ni al más militante de los militantes.
Imagino un influencer que, claramente, necesita ser conocido porque de eso “vive”. ¿Pero un político quiere ser conocido/a por lo que hace con los fondos públicos, como referentes de un espacio político, como un influencer para que el usuario- futuro votante- se acuerde de su carita y lo ponga en una boleta en el cuarto oscuro?
Quienes abrazan la política como una forma de vivir y relacionarse, como una herramienta de transformación social, cuestionaron muchas veces aquellos políticos que erigen las banderas de la “antipolítica”.

Porque la palabra política se vació. En los ’90 la política se llenó de glamour berreta y estrellas del espectáculo se convirtieron en gobernadores o intendentes. En los 2000 la palabra se llenó de odio y frustración, ganando espacio los promotores de la antipolítica.

Veo políticos que pagan espacios publicitarios para promocionar una obra pública que es su obligación haberla gestionado o una inauguración que es lógica que la realice. Para eso se lo votó como funcionario público ¿no?. Pagan un espacio publicitario con su nombre (Facebook indica el nombre del patrocinante), podríamos decir con su dinero personal. Pero su dinero, es parte del sueldo que el Estado le paga por la función que debe realizar y que, igualmente , paga para publicitarla..
Bajo las premisas: “si no sale en la tele no existe” y “si no sale en las redes no existe”, bienvenidos a las nuevas caras de la política quienes contabilizarán likes y review para posicionarse dentro de esta burbuja inventada que se llama “pulso social”.
Video en facebook de Manuel Ortiz (Hacemos por Córdoba)