Dialogamos con un investigador de CONICET, vecino de Paravachasca, sobre la polémica en torno a los anuncios de Javier Milei sobre la eliminación o recorte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. «La ciencia no solamente tiene que ser productiva en el sentido económico, transforma ideas en soluciones», apunta el investigador.
«Soy producto de la educación universitaria pública», comienza presentándose Pablo Pérez, vecino del Valle de Anisacate. «Me recibí de biólogo e hice mi tesina de grado en neurofarmacología del comportamiento: estudié cómo unas drogas que se usan normalmente para problemas cardíacos tienen un efecto a nivel neurológico y eso requiere experimentación en animales», explica. Luego de varios intentos, logró entrar en el CONICET en el 2013.
El Estado financió su tesis doctoral sobre cómo se forman tumores hipofisarios. Su doctorado se centra en estudiar los mecanismos que desarrollan los tumores intracraneanos más comunes, que generan problemas a nivel neurológico y a niveles hormonales en general. Luego, del doctorado, Pablo pidió una beca postdoctoral. «Son dos años más que el Estado sigue financiando tus investigaciones porque cree que fueron válidas, buenas y se publicaron». Su tema actual de trabajo es la investigación de componentes que se usan en los plásticos y que se encuentran en un montón de elementos como los champús, las cremas, alimentos, los juguetes. Estos componentes se asocian a la baja en la tasa de fertilidad.
«Mi grupo está constituido básicamente por cuatro personas que estamos insertos en en lo que se llama el Instituto Nacional de Investigaciones en Ciencias de la Salud, que es una unidad de doble dependencia de CONICET y Facultad de Ciencias Médicas. Estoy trabajando también como profesor adjunto del Centro de Microscopia Electrónica», amplía su currículum. Todo financiado por el Estado.
«¿Qué productividad tienen? ¿Qué han generado los científicos del CONICET?»
En los últimos días, el precandidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, aseguró que, si gana las elecciones, el Estado dejará de financiar a los investigadores que dependen del organismo. Justificó la medida al afirmar que “no se nota” su aporte a la sociedad.
«No querer apoyar a un sistema científico es justamente lo opuesto a lo que hacen los países más desarrollados. Somos una de las primeras potencias en cuanto a investigación. Estamos entre los países que mejor publican en las mejores revistas. De hecho, nosotros como grupo, estamos todo el tiempo publicando en revistas internacionales», opina Pérez, haciendo referencia a trabajos que se publican y que aportan el conocimiento mundial sobre diversos temas y esto ayuda después a formular leyes que mejoren la calidad de vida. En su caso, cuenta en su haber con siete trabajos publicados.
«La ciencia no solamente tiene que ser productiva en el sentido económico, sino que además permite comprender y resolver misterios de la sociedad en general», apunta el investigador.
¿Qué pasa si la ciencia pasa al sector privado?
“Que la Ciencia y la Tecnología queden en mano del sector privado”, dijo Milei, mientras tachaba del organigrama al Ministerio de Ciencia y Técnica en un programa emitido por LaNación+.
El investigador sostiene que el paso de los laboratorios al sector privado es un movimiento inviable. Pone de ejemplo su trabajo: «Yo trabajo con un agente que se le agregan a las cremas o a los champús. Obviamente las empresas que producen esos productos saben los efectos negativos que tienen. Si mi estudio dependiera de una empresa o de un privado, no haría esos análisis, porque no les interesa la salud de la gente, les interesa que su producto se venda».
«Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, expresó con una cita bíblica el precandidato. «No es que alguien entra y sale de CONICET como si nada. Tiene un sistema muy riguroso de ingreso. Se selecciona el candidato, se evalúa el proyecto y los antecedentes de forma anónima y en base a eso se le concede la posibilidad de hacer un trabajo doctoral, postdoctoral, o ingresar finalmente a carrera de investigador. Cuando uno ingresa a carrera de investigador estamos sujetos a controles periódicos, donde se presenta el avance, cómo va, en qué se gastan los fondos. El control es muy estricto y la producción se mide y las personas que no son productivas después de dos informes negativos se los se los echa de CONICET», explica Pérez.
El cambio climático
“Es otra de las mentiras del socialismo. Hay toda una agenda marxismo cultural. Parte de esa agenda es el cambio climático”, aseguraba hace algunos meses el ahora candidato a presidente Javier Milei.
«Hay un montón de estudios que se hacen desde el CONICET que no se pueden regir y no se pueden medir económicamente y no se habla de términos en cuanto a productividad económica», expresa Pérez. Adentra en el tema explicando sobre proyectos que han llevado adelante diversos científicos argentinos sobre la degradación del plástico, estudios sobre la selva en Chaco, el estudio del ecosistema marítimo, o el ciclo reproductivo de las ballenas, por citar algunos ejemplos.
«Estamos en un en una era donde la ciencia tiene que ser alimentada, no puede ser truncada. La ciencia y la tecnología lo que hacen es transformar ideas en posibles soluciones», finaliza el investigador.