Las internas denunciaron que la atención médica dentro del penal es deficiente, afirmando que todas reciben únicamente medicación genérica como Tafirol y diclofenac, sin considerar un diagnóstico específico.
Un grupo de aproximadamente 150 mujeres de los pabellones B1 y B2 del penal de Bouwer, finalizó la huelga de hambre que había comenzado el miércoles pasado. La protesta surgió en reclamo por la falta de salidas efectivas a hospitales para recibir atención médica especializada, luego de la muerte de una interna que, según denuncian, no habría recibido atención adecuada.
Las internas presentaron un hábeas corpus en el que exigieron a la Justicia resolver pedidos de casación, libertad condicional y arresto domiciliario. Además, denunciaron que la atención médica dentro del penal es deficiente, afirmando que todas reciben únicamente medicación genérica como Tafirol (paracetamol) y diclofenac, sin considerar un diagnóstico específico. De hecho, las interna fallecida recibió tratamiento por dolor lumbar, cuando en realidad tenía peritonitis.
Durante los días de huelga, las mujeres se negaron a ingerir alimentos y a consumir medicaciones psiquiátricas.