Redacción Alta Gracia- Familias completas cantaron y bailaron al ritmo de los temas de Piñón Fijo y Los Caligaris. Ambos artistas, de larga trayectoria, llenaron de color el Milo Morcillo, ante unas once mil personas.
Pasadas las 22.30 comenzó este particular espectáculo, donde se unen un payaso que canta canciones para niños y una banda de ¿cuarteto? con increíble simetría, por su origen cordobés y por su amor al circo. No sólo la pasó muy bien el público, sino también los artistas arriba del escenario. Y eso se trasmite.
¿Cómo lograron juntarse?¿Quién hizo la conexión? «Fue mi hijo Geremías-cuenta Piñón- quien iba a los shows de Los Caligaris y me fue convenciendo, instalando su música en casa». Martín Pampiglione, de Los Caligaris, relató cómo surgió la idea de unirse: «una vez vino Piñón a vernos a la Trastienda en Buenos Aires, subió y se puso a cantar con nosotros. Y sorprendentemente-porque nuestros seguidores son adolescentes o más grandes- todos comenzaron a cantar y a bailar». Por su parte, el payaso se refirió a ellos como «una bocanada de aire fresco para mi carrera, es deslumbrante ver como hacen todo de taquito sin mirarse siquiera».
La conferencia venía de puro chiste y risas, hasta que Nicolás, integrante del programa «Aquí cabemos todos» de Radio Sin Límites, preguntó: «¿Te interesa la opinión de niños y adolescentes discapacitados, cómo viven, cómo pueden mejorar sus vidas y la discriminación hacia ellos? Y el payabuelo, con mucha emoción -y mientras todos escuchábamos con respetuoso silencio- respondió:»Me interesa la comunicación con todos los seres, nosotros desde la música y desde el canto, desde mi humilde vocación, nos interesa el contacto con todos los niños. Para nosotros no hay discapacitados ni capacitados, hay niños y seres hermosos de los cuales aprendemos y le brindamos lo que más amamos: nuestra música, nuestras locuras, nuestras letras y nuestras alegrías. Por supuesto que me interesa».
El show de payasos y colores comenzó con «Kilómetros», primero ingresaron Los Caligaris y luego Piñón. Le siguió «Cepillo»-donde cantaron más los padres que los niños-
«Guajira de colores», «Vocales que son cinco», y los clásicos «Basta de mamadera» y «Nene dejá el chupete». En el medio, Caligaris cantaron «Todos locos». Cuando llegó el momento de «No está nada mal dejar el pañal» varios bebés junto a sus padres le entregaron sus pañales-lo mismo sucedió con el chupete-. De la mano de Caligaris, se escuchó «Que corran» y el final esperado con «Chu Chu Ua» y «Bailando como Piñón».
QUEJAS POR EL COBRO DE PLATEAS
Se publicó en todos los medios locales y provinciales que se iba a poder acceder al sector plateas para ver el espectáculo, solamente abonando la entrada general de 180 pesos. Sin embargo, dos horas antes de comenzar, se anunció que «aquellos que quieran elegir y reservar ubicación pagan una entrada de 300 más service charge». Muchos padres -que desconocían este hecho-se indignaron cuando, al llegar al sector, se enteraron que debían abonar la suma de 330 pesos.
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