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La Nueva Mañana- Así lo informó el Ministerio de Desarrollo Social. Este 15 de junio es el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.

Este viernes 15 de junio es el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, por disposición 66/127 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 2011. En sus considerandos, se determinó que la persona mayor tiene derecho a vivir una vida sin ningún tipo de violencia y maltrato.

Según la Red Internacional para la Prevención del Maltrato de las Personas Mayores, abuso y maltrato en los ancianos se define como un acto único o reiterado, o bien la falta de toma de medidas necesarias, que provocan daño o angustia a una persona mayor con la que se tiene una relación en la que existen expectativas de confianza.

Por eso, este 15 de junio será otra oportunidad para concientizar que el maltrato a los mayores debería extinguirse y para educar en pos de una sociedad más solidaria con ellos.

En 2015, otro hito favorable fue la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Allí se promovieron los derechos para que decidan por sí mismos, se realicen en sus intereses particulares y accedan a cuidados progresivos. Argentina adhirió a la Convención en agosto de 2017.

Con ese fin, en los últimos años el Ministerio de Desarrollo Social de Córdoba promovió campañas de protección y de “buen trato” a las personas mayores, lo cual implica tratarlas como responsables y autónomas en sus decisiones, y favorecer su participación en los asuntos sociales. El buen trato genera felicidad y puede brindarse a través de un abrazo, una mirada, un gesto o un diálogo.

En su primer párrafo, la Convención planteó como necesidad “promover, proteger y asegurar el reconocimiento y el pleno goce y ejercicio, en condiciones de igualdad, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de la persona mayor, a fin de contribuir a su plena inclusión, integración y participación en la sociedad”.

Si se tiene como parámetro el último Censo Nacional de 2010, Córdoba posee alrededor de 3.308.876 habitantes. De ese número se desprende que el 15% de los cordobeses (513.563) son personas de 60 años o más. Asimismo, del total de adultos mayores en nuestra provincia el 57,81% son mujeres, mientras el 42,19% son hombres.

Según informe del ministerio de Desarrollo Social, 1 de cada 4 mayores de 60 años trabaja para su entorno familiar sin percibir pago o remuneración. Según el relevamiento, los adultos mayores más jóvenes (entre 60 y 75 años) son quienes más participan en esta tarea, con un 28%, contra un 11% entre los de edad más avanzada (superior a 75 años). En tanto, son las mujeres las que tienen mayor presencia en este tipo de actividad.

Al ser consultados sobre la realización de tareas de cuidado habitual de algún niño del entorno familiar o cercano sin recibir pago, el 27,1% de las adultas mayores y el 17,8% de los varones contestaron afirmativamente.

Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en 2018 viven 606.542 personas mayores en la provincia de Córdoba.

A nivel mundial, se estima que entre el 4 y el 6 por ciento de las personas mayores sufrió alguna vez alguna forma de maltrato. Esto ocurre pese a que, si hay una etapa de la vida en la que los seres humanos necesitan ser mimados, valorados y tratados bien, es la de la vejez.

Por definición, el maltrato a las personas mayores es “cualquier acción u omisión que ocurre dentro de cualquier relación en la que exista una expectativa de confianza y produzca daño, sufrimiento o muerte”.

Todas las políticas existentes vinculadas con las personas mayores estipulan dos fechas importantes del calendario anual para recordar a quienes acusan más de 60 años: el 15 de junio y el 1° de octubre.

Tipos de maltrato

Las personas mayores pueden padecer maltratos físicos, psicológicos, emocionales, sexuales, económicos y patrimoniales, o también actos de negligencia o abandono.

La secretaria de Políticas para Personas Mayores del Ministerio de Desarrollo Social, Patricia Mojica, reveló que los casos de maltrato más frecuentes son el económico y el psicológico.

“Los familiares directos suelen ejercer estos tipos de violencia sobre las personas mayores”, aseguró.

Un ejemplo de maltrato económico se da cuando los jubilados bancarizados no pueden decidir sobre el destino de sus ingresos: sus familiares manejan sus cuentas en beneficio propio o deciden en qué gastar. A veces, el dinero de la jubilación se utiliza para mantener una familia.

El maltrato psicólogico se produce, por ejemplo, cuando alguien le endilga a la persona mayor que no puede hacer tal o cual cosa, lo cual reduce su autoestima. O cuando se la ignora.

El maltrato físico supone no sólo agresiones o golpes, sino también la ausencia de cuidados higiénicos en alguna institución.

El maltrato emocional se genera cuando se aísla a la persona mayor de sus lazos familiares, de sus afectos. La soledad y la pérdida de vínculos conllevan a la depresión.

También existe maltrato institucional, algo frecuente cuando una residencia de larga estadía “infantiliza” al mayor de diferentes maneras, por ejemplo tratándolo como si fuera un niño.

Respecto del maltrato sexual, especialistas dicen que se produce en algunas residencias cuando faltan espacios para que un matrimonio de personas mayores mantenga relaciones íntimas o cuando se les asignan camas individuales.

Mojica sostiene que las personas mayores “tienen derechos como cualquiera, a decidir con autonomía, a elegir cómo atravesar la vejez, y a recibir cuidados básicos y acompañamiento”. No obstante, considera que persisten “actos de manipulación” en contra de sus voluntades.

Por eso, Mojica resalta que el Estado debe buscar que los mayores “tengan un envejecimiento activo y saludable”. Y opina que los organismos estatales deben alentar el buen trato, por caso evitando que soporten largas esperas cuando necesitan ser atendidos.

Cómo colaborar con los mayores

Charlar para saber qué sienten y opinan.
Compartir cosas y escuchar lo que tengan para decir.
Explicarles cómo funcionan las cosas en forma simple y paciente.
Darles prioridad en la atención en los organismos públicos y privados.
Brindarles cariño y contención.
No apurarlos en sus movimientos, ni en los tiempos que requieren para entender algo.
Ayudarlos en escaleras, ascensores y lugares de difícil acceso.
Cederles el asiento en lugares y en el transporte públicos.