Municipalidad de Anisacate

Gabriel Acevedo trabajó con normalidad dando clases de vóley en la municipalidad de Anisacate hasta el viernes. Cuando terminó la última clase le comunicaron, sin previo aviso y vía WhatsApp, que había sido despedido.

El pasado viernes por la noche, Gabriel Acevedo, quien hasta ese día se desempeñaba como profesor de vóley para el municipio de Anisacate, recibió un mensaje que cambió su situación laboral de un momento a otro. A través de WhatsApp se enteró que había quedado desempleado.

Acevedo expresó que no recibió ninguna explicación sobre las razones de su despido. «Nunca me dieron ningún tipo de respuesta. Siempre traté de mantenerme lo más a régimen posible. Yo arranqué a trabajar a principios de enero, cuando ya estaba en gestión Natalia Contini. Estoy intentando entender qué fue lo que pasó. Básicamente, nunca me dieron ningún tipo de explicación», declaró en diálogo con Redacción Alta Gracia.

El profesor de vóley mencionó que intentó comunicarse con la intendenta tras la noticia de su despido. Tras un mensaje, fue bloqueado. Tras ello, acudió a la municipalidad para buscar respuestas. «En mesa de entrada dije que venía a solicitar una reunión con la señora intendente por lo que había pasado. Me dijeron que lo que había hecho fue una falta de respeto, que le falté el respeto a la intendente y que por eso no me iban a atender. Les respondí: ‘¿No les parece una falta de respeto lo que hicieron conmigo, dejándome sin trabajo sin siquiera avisarme? Soy una persona’. Me contestaron: ‘Sí, pero vos nunca trabajaste para la Municipalidad’. Les dije: ‘¿Cómo que no, si yo percibía un sueldo por parte de ustedes?’. Respondieron: ‘Eso no es trabajo'», expresó angustiado.

«Mi actividad comenzó hace dos años. Estaba con los más grandes. La organización o coordinación con el grupo era muy desordenada, por así decirlo. Entonces, me ofrecí como coordinador y propuse empezar a cuidar los materiales. Así fue como, durante la inauguración del Polideportivo Martín Juncos, organicé el torneo de inauguración y estuve a cargo de todo. Después de la inauguración, comencé a cuidar los materiales y a encargarme de esas tareas. Cuando asumió la nueva gestión, mi primer objetivo era averiguar quién era la nueva directora para saber a quién dirigir los pedidos y ese tipo de cosas. Me preguntaron quién era yo. Nunca tuve un contrato formal porque, en realidad, era un acuerdo entre los chicos del grupo. Presenté todos los papeles de lo que había hecho. Entonces, me dijeron: ‘¿Querés trabajar?’. Empezamos a trabajar, y me pidieron ayuda para coordinar y levantar todo el deporte en Anisacate, no solo vóley, sino todos los deportes. Organizamos planillas, profesores, y todo lo necesario. La promesa era que yo sería el coordinador mientras ella era la directora. Yo la ayudaba a coordinar, como un secretario, pero una vez que todo estuvo acomodado, me dijeron: ‘No, otro coordinador no existe. Vos sos profesor de vóley, te quedás como profe de vóley’. Se suponía que iba a trabajar en blanco, con un sueldo. Sin embargo, terminé trabajando por horas y en negro. Tenemos una planilla en donde nosotros (los profesores) llenamos con horas y después a esa planilla la entregamos a la municipalidad y ellos desde el CUIT de la municipalidad, nos depositaban a nosotros las horas que nosotros trabajamos», explica sobre cómo era su situación laboral.

«Me gustaría saber el por qué me pasó todo esto, pero creo que nunca lo voy a saber en realidad. Me pone triste por los chicos», finalizó.