En las últimas horas se conoció la denuncia judicial que interpuso una mujer por violencia física, simbólica y económica por parte de Merlo quien sería, además el padre de su hija.
Se trata de María Soledad quien, después de años se decidió a denunciar al mandatario del Valle de Anisacate y, además brindar su testimonio para que otras mujeres puedan empezar a salir de un círculo de violencia.
En diálogo con el medio Mi Valle, Soledad relata algunos hechos que vive desde hace tiempo. Desde el momento que empezó a trabajar en la Comuna del Valle:
«Entré a los 19 años. Yo vengo de una familia muy humilde, así que estaba feliz de arrancar en un trabajo que me ayudara a mantener a mi madre y tres hermanos, sin saber que en ese momento comenzaba mi calvario. Siempre fue una persona violenta y mal educada. Tontamente comencé una relación con él que duró unos dos o tres años, y de la que nació una hija. Una hija que es mi motivo para luchar, para salir adelante. Era muy chica, tenía miedo y necesidad, necesitaba el trabajo, así que él utilizó eso. Intentó que abortara, me llevaba y me traía como a una esclava. Finalmente tuve a mi hija en la ex Clínica Central, sola, sin el acompañamiento del padre de la criatura. Lejos de eso, nunca la reconoció y decía que era una bastarda».
La mujer realizó la denuncia en la Fiscalía de Alta Gracia a fines de octubre de este año y otra presentación en el área de violencia familiar (por el caso de su hija).
Por otra parte, Soledad contó una serie de irregularidades y desmanejos que se estarían produciendo con fondos públicos.
«La única manera de seguir con esto es visibilizando todo, y que esto le de fuerza a otra mujer que pase por algo similar. La gente de acá sabe todo…esto no es novedad. Las chicas de la comuna no hablan por miedo y las entiendo, porque a mi me pasó lo mismo. Visibilizando esto, sé que voy a perder mi trabajo y que no puedo volver nunca más, pero lo vale. La verdad es la única herramienta para seguir, y tengo dos manos para trabajar, mientras las tenga, no tengo miedo».