El 21 de septiembre es sinónimo de fiesta, de estudiantes, de color, alegría… y de alcohol. Según un informe del Ministerio de Salud de la Nación, el 70% de los adolescentes de entre 13 y 17 años compraron alcohol en los últimos 30 días, a pesar de la prohibición de venta a menores que establece la ley.
Este dato se suma a la problemática por el consumo episódico excesivo, conocido como “atracón de alcohol”, que afecta a 2 de cada 3 estudiantes de entre 13 y 15 años, quienes consumen dos o más tragos cada vez que beben.
Manuel Sánchez Adam, coordinador de la Red Asistencial de las Adicciones de Córdoba (RAAC), explicó que el consumo de alcohol en adolescentes y jóvenes está profundamente ligado a factores sociales y culturales, especialmente en eventos como el Día de la Primavera. “No podemos negar que el consumo de alcohol está presente en estas fechas. Los jóvenes están envueltos en un entramado social y cultural que lo promueve, como parte de un ritual que tiene que ver con la búsqueda de identidad y de pertenencia al grupo”, señaló en diálogo con Redacción Alta Gracia.
Sánchez Adam destacó que la RAAC, que funciona en la ciudad en el Dispensario 3, trabaja en la implementación de políticas de reducción de daños, particularmente en eventos masivos como las fiestas de la primavera. “Tratamos de problematizar el consumo de alcohol y reducir los riesgos asociados, sobre todo en estas fechas que son vistas como días de fiesta, pero que también pueden derivar en situaciones problemáticas”, indicó.
El informe también detalla un aumento en el consumo problemático de alcohol en mayores de 18 años, pasando del 10,4% en 2013 al 13,3% en 2018, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR). Sánchez Adam destacó la importancia de diferenciar entre el uso, el abuso y la dependencia del alcohol. “El uso es recreativo, como tomar una copa en una ocasión especial. El abuso ya implica conductas de riesgo, y la dependencia es cuando el consumo afecta gravemente la vida de la persona, su trabajo, su familia y su bienestar en general”, explicó.
Alcohol y otras sustancias
El coordinador también mencionó que, además del alcohol, la cocaína sigue siendo una de las sustancias más problemáticas en términos de dependencia y tratamiento en salud pública. “Vemos muchos casos de adicción a la cocaína y al alcohol. Ambos siguen siendo los principales motivos de consulta en los grupos de asistencia”.
El trabajo de la RAAC se estructura en dos niveles: el primero abarca la promoción, prevención y reducción de daños, mientras que el segundo se centra en la atención asistencial con un modelo de tratamiento ambulatorio (Nivel 2), donde los pacientes asisten voluntariamente y mantienen su vida cotidiana. Además, existen niveles más avanzados de atención, como los tratamientos en hospitales (Nivel 3) o comunidades terapéuticas, con internaciones de entre 2 o 3 meses (Nivel 4).
¿Cómo trabaja la RAAC?
La RAAC en Alta Gracia trabaja en la atención de personas con problemas de adicción a través de distintos enfoques, como un grupo de red afectiva para pacientes que están atravesando una problemática de consumo, y también espacios de recreación, como caminatas los lunes y viernes, y desayunos saludables en el Tajamar.
Además de estos espacios grupales, el equipo de la RAAC realiza un abordaje clínico en consultorio, brindando atención personalizada. “Los martes, miércoles y jueves, en el dispensario número 3 Ramón Carrillo, recibimos a pacientes de 14 a 18 horas, quienes pueden acercarse directamente o solicitar un turno a través de WhatsApp. En las primeras entrevistas escuchamos a la persona y comenzamos a delinear un tratamiento que puede incluir terapias individuales y la integración a los grupos”, explicó.