La Cámara 3ª del Crimen de Córdoba absolvió a la mujer que había llegado a juicio por haberle arrojado una pava con agua caliente a su expareja en Anisacate. Según informó el Ministerio Público Fiscal, se valoró que la mujer era víctima de violencia de género.
La Cámara 3ª del Crimen de Córdoba absolvió a la mujer que había llegado a juicio por haberle arrojado una pava con agua caliente a su expareja, en el marco de una discusión en Anisacate.
El hecho ocurrió en 2021: la mujer había llegado a juicio acusada por el presunto delito de lesiones graves calificadas con exceso en la legítima defensa. Sin embargo, a pedido de la fiscalía de Cámara, a cargo de Marcelo Hidalgo, la mujer terminó siendo absuelta por legítima defensa en un fallo dispuesto por la jueza Ángeles Palacio de Arato (fue tribunal unipersonal). Según informó el Ministerio Público Fiscal, se valoró que la mujer era víctima de violencia de género.
El caso
El episodio sucedió el 18 de agosto de 2021. Aquella noche, el hombre fue al domicilio donde vivía su expareja para retirar sus últimas pertenencias, dado que se habían separado. De acuerdo a la acusación, la mujer sujetó una olla o palangana de metal que contenía agua caliente y le arrojó “una cantidad considerable” de agua hirviendo al hombre. El agua le dio en el cuello y la parte superior del tórax, causándole serias quemaduras.
La mujer declaró que aquella noche el hombre fue a devolverle las llaves de la casa, luego de varios pedidos. Indicó que se puso a calentar agua en una pava para tomarse un té e irse a dormir. Fue en esas circunstancias que su ex finalmente llegó al hogar. Según su relato, él dijo que «iba a volver las veces que quiera porque también era su casa». Expresó además, la mujer intentó salir y él quiso evitarlo empujándola. Luego el hombre habría intentado levantar una silla con intención de golpearla y en defensa ella tomó la pava en la cual había puesto el agua para el té, y se la arrojó.
La mujer declaró en un medio provincial que “la violencia física se basaba en empujones, me agarraba del cabello y, si yo quería salir por ejemplo, me ponía la traba con su pierna para que me cayera al piso y lo lograba. Me pegaba cachetadas, siempre me agredía con sus manos”, relató, y remarcó que también sufría insultos.