Comunicado de prensa- 600 litros de glifosato, 200 de aceite de soja, 260 de cletodin, 50 de di camba, 60 de picloran, 200 de sulfus y varios kilos de saflufenacil va a tirar el propietario de un campo este fin de semana, mientras los vecinos de Dique Chico estén haciendo la cola para comer su pedazo de vaca con cuero…
El campo a fumigar se encuentra rodeando la escuela y a poco más de 1000 metros de donde va a estar montado el majestuoso escenario para la fiesta de los 71 años del pueblo.
No es ni la primera ni la última fumigación de la temporada, es una en más de 50 que se producen cada primavera/verano acompañando los cultivos de soja y maíz transgénico.
El año pasado nuestros niños volvieron a sufrir broncoespasmo y alergias, el año pasado se detectaron nuevos casos de cáncer relacionados al ambiente, el año pasado sufrimos intoxicaciones sin causa aparente. El año pasado se detectó celiaquia y diabetes en niños y adolescentes de este pueblo.
Cuando fumigan instantáneamente nos arden los ojos, nos duele la cabeza mucho antes de sentir el olor al veneno.
Cuando fumigan no avisan. Los niños juegan en la plaza, a 76 metros del mosquito…
Lamentablemente, este año el síntoma será enfermedad y la enfermedad se va a agravar si no cambian de manera urgente la forma de producción de las cientos de hectáreas que están rodeando Dique Chico.
«Está en manos de la justicia» nos dicen, pero la justicia atiende en Córdoba, en un edificio muy pulcro bastante lejos de la tierra envenenada que vuela por acá.
No podemos esperar más, nuestra salud y la de nuestros niños no espera a que los jueces se dignen a salir de su encierro para proteger nuestra vida y nuestros derechos.
Fuente: Vecinos Autoconvocados de Dique Chico
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