Gustavo Martos- Espero me entiendan: considero es necesario, y mucho, poder informar. Creo además que solo de ese modo será posible aceptar que estas cosas SI suceden en nuestra ciudad. Sinceramente no puedo creer que haya gente que aún duda, incluso de nuestro caso. Pero después me acuerdo que a mí me pasaba lo mismo. Y acá estamos, en esta sociedad que va adoptando cada vez más un perfil individualista. Entonces, se hace ley el “hasta que no te pase”, y de ese modo no tomamos conciencia ni dimensión jamás… hasta que te sucede.
Espero entiendan además que, frente a todo lo vivido, en primer lugar, priorizo a mi hijo, quien a pesar del suceso nefasto que le tocó vivir, y todo lo que ello le generó, se le agravó la situación angustiante y atemorizante frente a tanto revuelo mediático/informático. Me refiero a la cantidad enorme de personas que se han comunicado, que se llegan hasta casa, que envían mensajes, que preguntan, que apoyan, lo que fuere… Entiendo que todas las intenciones son las mejores, pero todo este “alboroto” -en el buen sentido- no le permite a mi hijo dar un cierre y seguir con su vida. La vida de un pibe normal, de 11 años de edad. Y eso es lo que más deseo.
Entonces, no voy a negar lo que sucedió, pero apuesto a que él pueda hacer de esto un aprendizaje, dar un cierre, y salir fortalecido. Y para ello debo hacerme a un costado, acompañarlo a él, y respetar su proceso.
Solo tengo para decirles que el hecho SI sucedió. Fue el Miércoles 14 de marzo a las 11.40 del medio día. La denuncia telefónica se hizo en el acto que tomamos conocimiento. La denuncia formal se hizo a las 18 horas, luego que mi hijo salió del colegio. En este momento la policía se ha acercado muchas veces, solicitando más información y dando cuentas de cómo avanzan ellos en la investigación. Son ellos también quienes nos sugirieron cierta cautela en la cantidad de información que damos. Al respecto, para con la policía, solo tengo palabras de agradecimiento. El trato que nos brindaron fue, además de excelente, muy humano.
Como mensaje ultimo, si a alguien le interesa, creo que los adultos, todos, debemos estar alertas. Que no significa PARANOICOS. Debemos tomar cartas en el asunto, por supuesto. Y además de exigir a instituciones, como siempre hacemos, también nosotros debemos proteger a nuestros menores, tanto los nuestros como los de los demás. Cuidarles y asegurarles un presente lo más saludable posible. Y en eso NO creo que la solución sea encerrarlos, no permitirles ni acercarse a la calle. Al contrario. Será hora de mirarles, acompañarles, ayudarles, concientizarles. Sobre todo prevenir: brindarles herramientas para que pueda usar ante estos lamentables sucesos.