“Mira Daniela, yo no estoy preparado, no me sale, no sale nada de mí. No tengo iniciativa de ir a buscarla”, decía un mensaje que se hizo viral, donde un hombre se desligaba de todas sus responsabilidades paternas… y de su hija en concreto. ¿Qué es ser un padre presente? ¿Cuáles son los números en Argentina?
Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) previo a la pandemia de Coronavirus indicó que habían aumentado entre 1986 y 2018 los casos de madres que criaban solas a sus hijos. Concretamente, se trataba de mujeres que «no han elegido voluntariamente criar solas y que enfrentan las responsabilidades de la maternidad junto con su trabajo fuera del hogar”. El mismo informe detalló que las familias «tradicionales» disminuyeron de un 47% a un 35%.
«No me sale»
Siguiendo la línea del informe del Cippec, donde detalla que las mujeres no han elegido voluntariamente criar solas, se desprende la pregunta obvia: ¿mamá siempre puede?, y es lo que se planteó una usuaria de Twitter, que, sin proponérselo, hizo viral el mensaje del progenitor (porque no se puede llamar ‘padre’) de su hija:

Y así nomás, con un «no me sale» y un «chau», como dicen los pibes de ahora… tiró la de humo y se fue. Chau, como si nunca hubiera existido. Chau, acá no pasó nada. Chau, que se encargue otro, porque a mí no me nace.
«El instinto maternal es un invento de los padres para borrarse», rezaba una nota de Infobae hace unos años. El sitio Mujeres que No Fueron Tapa realizó una serie de encuestas a mujeres madres, preguntando por el rol que ejercían tanto ellas como sus parejas a la hora de la crianza. Si bien muchas defendían a capa y espada que era un «cincuenta y cincuenta», las encuestas arrojaban que situaciones cotidianas recaían sobre las madres, como, por ejemplo, la carga mental (tener presente el número de documento, talles, nombres de amigos, maestros, salas, gustos, medicamentos…), o cuestiones como quién pasa el peine fino para sacar los piojos. ¿Es entonces un 50 y 50 justo? ¿Qué tan baja es la vara?
Este domingo, por el Día del Padre, se inundaron las redes de fotos de padres ejemplares y posteos de por más significativos. A todos ellos les tocó un padre perfecto.
¿Nadie habla de los miles que están… pero que no están? ¿De los que llevan los chicos a la escuela y con eso «ayudan»? ¿De los que sólo aportaron el apellido? ¿De los padres abusadores? ¿De los que tienen un hijo con una mujer distinta y se desentienden de su progenie? ¿De los que ponen una y mil excusas para no pasar alimentos? Son muchos, muchísimos. Y, en pleno 2022, si se habla de ello es porque: «ya empezó la luchona, otra vez…»












